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En memoria a Sebastián Miranda

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Riss

Matías Ercole

“El arte está en la naturaleza, pero hay que arrancárselo viendo en ésta última palabra lo importante:arrancar, hacer salir, sacar a la luz el desgarrón; este desgarrón (riss) es lo esencial en la obra de arte que al método fenomenológico...

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julio 2017 — septiembre 2017

Quintana

“El arte está en la naturaleza, pero hay que arrancárselo viendo en ésta última palabra lo importante:
arrancar, hacer salir, sacar a la luz el desgarrón; este desgarrón (riss) es lo esencial en la obra de arte que al método fenomenológico tiende a lograr intuiciones esenciales, con lo que habríamos desvelado el ser de los entes. Pero entonces se convierte en metafísica.”. Martin Heiddeger.
Por Julián León Camargo y Victoria López Zanuso.

Para arquitectos, ingenieros y físicos, la palabra luz sirve para nombrar aquella distancia que se proyecta entre dos puntos distintos; si existe una distancia entre dos puntos, existe entonces una luz ó viceversa.
Así es que la luz es la prueba de un paso que se abre entre dos puntos, ya sea como distancia proyectada, como puente invisible ó como paso libre. Al igual que en medicina, cuando un tejido se abre, ese corte, (denominado “solución de continuidad”) implica una luz, una extensión que se abre entre dos campos que se alejan.
Riss busca abrir un espacio, generar una luz (distancia), en el tejido que constituye la trama cotidiana para presentar obras que funcionan como nuevas aberturas en sí mismas. Así, cada obra-hendidura es un espacio donde introducirse a ver en la oscuridad, y seguir el camino con la certeza de que un desgarro (Riss) no es otra cosa que un espacio donde reside un sinfín de posibilidades para saltar a nuevas profundidades.
Así, estas obras presentadas como tajos de luz-oscuridad, las entendemos
insertas dentro de una trama mayor que es el entramado cotidiano: cruces y encuentros secuenciados, fortuitos quizás, líneas de unión y rasgaduras por doquier; una red que se extiende siempre al infinito a través de sucesivas conexiones. De esta manera la muestra funciona como esbozo de una red mayor de conexiones y rasgaduras, de nodos y aperturas, un plan de posibles relaciones. Encuéntrese entonces, junto a las obras, una nueva hendidura-gabinete donde leer fragmentos de la red que aluden a ideas interconectadas, por ejemplo, la rasgadura del velo de maya de Friedrich Nietzsche, el azar de Paul Auster, y un acercamiento rizomático a Gilles Deleuze. Ahí mismo, imaginamos una pretenciosa pinacoteca referencial que incluye obras como “La incredulidad de San Juan” de Michelangelo Caravaggio y “El origen del mundo” de Gustave Courvet ; donde las rasgaduras y su conexión con la luz se vuelven presentes.
Imaginamos en distintos momentos nuestro día a día colectivo igual a un gran tejido de conexiones en donde los sujetos estamos insertos. Dentro de esta matriz nuestros deseos están dominados por fuerzas hegemónicas. En ese sentido la matriz puede ser desgarrada para abrir nuevas posibilidades al deseo inconsciente, sin objetivo. En ese tejido conectivo, las rasgaduras producen distancias, luz. Entendemos cada obra, cada rasgadura, como un poder revolucionario, capaz de dar lugar a producciones de deseo inconsciente, sinónimos de libertad.
Obras como los neones del colectivo La Sin futuro, Fernando Brizuela, Leo Ocello, ó Santiago Delfino nos remiten a una luz en sí misma. Otras obras, como la de Lucas Ospina o la pintura de Matías Ercole nos hablan de rasgaduras. Ercole se adentra en la historia del arte y rasga a través de una ausencia. Hernán Salvo en Cuboctaedro presenta una rasgadura para ver un universo, o un haz a través de un tajo. En cambio, obras como la de Luciano Garbati nos remiten a la germinalidad de la red, a su aspecto rizomático. Eduardo Rodriguez, Andrés Toro, y Leonardo Damonte nos incitan al aspecto lúdico de la luz, quizás, a jugar con la apariencia azarosa de la distancia. Por último, Nicolás Oks deja rastro de una matriz que ha
sido desgarrada y hoy se presenta como polvo, como fin y principio a la vez.
Decía Deleuze que todo «objeto» supone la continuidad de un flujo, todo flujo, la fragmentación del objeto. En Riss apoyamos esa continuidad discontinua, y la vitalidad de una trama que ES sí sólo si cuando respira y es posible respirar sólo cuando hay rasgaduras, poros: expresiones de libertad. La continuidad ES sólo rasgada y hecha de distancias, luz, soluciones de continuidad. ¿Es apropiado suturar lo que se rompe, lo desgarrado, el Riß? Si los Dioses llaman a la tierra, y si en la llamada un mundo hace eco, y si así la llamada resuena en cuanto ser-ahí del hombre, entonces la lengua, en cuanto histórica, es palabra que funda la historia. Lenguaje y acontecimiento. Resonancia de la tierra, eco del mundo. Lucha (Streit), el originario salvataje de la hendidura (Zerklüftung), desde el momento en que ella es el desgarro (Riss) más íntimo. El lugar abierto (offene Stelle). Heidegger en un apunte fechado el 8/5/1939, Cfr. M. Heidegger, Beitriige zur Philosophie. (Vom Ereignis], cit., p. 510.

Artistas expuestos en esta exhibición

Artistas invitados expuestos en esta exhibición

NICOLÁS OKS

FERNANDO BRIZUELA

LUCIANO GARBATI

LAS SIN FUTURO

LEO OCELLO

EDUARDO RODRÍGUEZ

ANDRÉS TORO

LUCAS OSPINA