Estado de cuero
Pablo Insurralde
Hay algo raro en las obras de Estado de Cuero. La primera vez que las vi pensé que podrían ser un fragmento de una historia más grande, una configuración parcial de un relato que las excedía. Tardé un rato en...
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septiembre 2021 — noviembre 2021
Montevideo 1723
Hay algo raro en las obras de Estado de Cuero. La primera vez que las vi pensé que podrían ser un fragmento de una historia más grande, una configuración parcial de un relato que las excedía. Tardé un rato en darme cuenta que estaba equivocado, esa historia mayor no existe.
Ésta es una historia pequeña, un susurro, una modulación leve en las temperaturas de horneado. Como una película en la que no pasa nada, esta vez no hay plot twist. Un almuerzo se extiende en una sobremesa interminable, la cámara tiembla por el pulso imperfecto de quien la sostiene con el soporte inadecuado.
Contar un secreto lleva tiempo. Es difícil construir el silencio necesario para que esas palabras no se pierdan en el ruido. Contar un secreto es un movimiento de traslado, una migración de adentro hacia afuera. Como escupir contar un secreto es un ejercicio físico, un trabajo minucioso sobre la materia, un bruñido detallado y preciso, un bronceado perfecto.
Esta vez no hay rastros de esmalte, la arcilla está ahí como es, pero ¿se puede estar completamente desnudo? El marrón guarda un secreto. Hay algo raro en las obras de Estado de Cuero y no es solo su diferencia con respecto a la producción anterior de Pablo. Tal vez sea cierto grado de humedad aún presente en las piezas endurecidas.
Hay algo raro en las obras de Estado de Cuero. Un secreto sin explicar, algo inentendible para un turista, un recuerdo guardado en un cajón, un resto que escapa a quien nunca se llevó el centro de mesa de un casamiento, un tatuaje escondido en la baja espalda, un gesto incomprensible para quien nunca fracasó.
Hay algo raro en las obras de Estado de Cuero. Quizás sea el arrojo de las piezas en el espacio o la inescrutabilidad de una cosa que se ofrece desnuda. La trampa del secreto es que en general no importa a quién se lo está contando, si no solo hacerlo. Es eso, es esto, ya está.
Elías Leiro, 2021