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En memoria a Sebastián Miranda

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El cauce y las zonas

Rosa Aragone

El dibujo es una práctica que Rosa Aragone ha sostenido a través del tiempo, es disposición y solvencia, placer y convicción, de ahí que sus trabajos, siempre aunque de modos diferentes, exalten la línea; pero aún con el trasfondo de...

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junio 2022 — agosto 2022

Miranda Bosch Gallery

El dibujo es una práctica que Rosa Aragone ha sostenido a través del tiempo, es disposición y solvencia, placer y convicción, de ahí que sus trabajos, siempre aunque de modos diferentes, exalten la línea; pero aún con el trasfondo de esta presencia constante, sus inquietudes la acercaron a variados medios expresivos que transitó en momentos delimitados de su itinerario. Observar el vasto conjunto de su obra permite visualizar ese fluir principal y las adyacencias que lo acompañan en una interacción permanente, como el cauce de un río y las zonas que en él convergen.

En los años cincuenta y con el impulso de los cursos de grabado impartidos por Juan Grela, las impresiones en madera la ocuparon profusamente dando lugar a la representación de pequeñas figuras y naturalezas muertas de bordes netos y formas cerradas, con blancos y negros contrastados y también con texturas combinadas; la serie atraviesa toda la década y pone de manifiesto una zona de peculiar densidad social apoyada por líneas precisas y contundentes. Traspasada ya la primera mitad del siglo XX otros materiales le interesaron y, en consecuencia, otra atención al color, revitalizando así los estudios de pintura que con anterioridad había realizado en el taller de Carlos Uriarte; surgieron entonces los tapices y las pinturas con tintas acrílicas y con ellos las formas sintéticas de la naturaleza y las abstracciones.  Desde fines de los años sesenta y al calor de cierta efervescencia por lo textil extendida en varias ciudades del país, la artista comenzó a elaborar los diseños, a dibujarlos claro está,  a elegir los soportes y las fibras, así como los registros cromáticos, muchas veces ensayados a través de pinturas que también tuvieron un despliegue autónomo. Así afloraron dos zonas singulares y muy acotadas de su producción: de modo lento y minucioso bordó arpilleras de tapicería y canevá con lanas y distintos puntos de aguja creando a lo largo de diez años un conjunto de alrededor de cuarenta tapices –colmados de flores, pájaros y formas que partiendo del mundo natural parecen independizarse– imbuidos de colores intensos y subrayando el carácter ordenador de las líneas; al mismo tiempo generó superficies de color lisas y tersas, transparentes y vibrantes, en un grupo de pinturas acrílicas que enfatizan los encuentros y los desplazamientos de formas –evocadoras o prescindentes de cualquier referente– tanto como los ritmos lineares.

Si bien después del ciclo de tapices y acrílicos se concentró largamente en la pintura con óleo y en la representación de figuras humanas, paisajes y naturalezas muertas construidas con líneas cerradas y una singular paleta, en los últimos años su compromiso con el dibujo volvió a desplegarse con fuerza dando lugar a una nutrida serie de grafitos en la que retomó fundamentalmente los motivos vegetales y abstractos y donde se percibe algunas de las recurrencias que atraviesan su producción. Insistencias que le han permitido recuperar una y otra vez su adhesión a la naturaleza y, a la vez, la opción por la síntesis y la abstracción, eligiendo alternativamente el lápiz y la aguja, el acrílico y lo digital, como medios para recrearlos; del mismo modo, el universo de presencias familiares y afectivas, de amistades y modelos que poblaron sus dibujos tempranos y las xilografías, reaparecieron transformados en los óleos que desde los años ochenta centraron su atención.

Los tapices bordados con lana y las pinturas acrílicas, en su mayor parte correspondientes a la década del setenta, junto a los grafitos que viene realizando desde 2019,  constituyen tres zonas de la significativa labor de Rosa Aragone que esta exposición destaca, trazando un puente entre una poética enérgica y resonante y otra más calma y austera, al tiempo que dejan traslucir el sentido profundo y estructurador que el dibujo y la línea adquieren en su obra.

Adriana Armando, Rosario, Mayo 2022

Artistas expuestos en esta exhibición

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Rosa Aragone

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