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Cerca de una certeza

Hernán Salvo

EURITMIAFlorencia QualinaBuenos Aires 2018Una marquesina anuncia “Invasores del espacio exterior”, la entrada al cine es tanresplandeciente y solitaria que parece ser la fachada de un portal hacia otra dimensiónsalido de una historia de Stephen King. De hecho, la imagen es...

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febrero 2019 — marzo 2019

EURITMIA
Florencia Qualina
Buenos Aires 2018
Una marquesina anuncia “Invasores del espacio exterior”, la entrada al cine es tan
resplandeciente y solitaria que parece ser la fachada de un portal hacia otra dimensión
salido de una historia de Stephen King. De hecho, la imagen es otra clase de portal,
pero más cotidiano, es la bienvenida al dominio de Hernán Salvo en internet, un diorama que realizó hace una década. Por entonces, su obra se componía de dibujos,
pinturas y relieves que tenían como objeto argumental al espectáculo cinematográfico.
El cine era representado por Salvo en dos sentidos simultáneos; uno, el núcleo arquitectónico con sus telones pesados que trasuntan terciopelo, pantallas gigantes y butacas generalmente vacías; el otro, las películas en si, en gran parte terror y cienciaficción
clase B. Sin humanos a la vista, los fragmentos fílmicos capturaban escenas de
bosques, mares embravecidos, vistas nocturnas de ciudades o la superficie lunar.
Durante los años siguientes, Salvo se dirigió hacia otro dispositivo: cajas – maquetas
que contienen en su interior una escena visible a través de una mirilla. El cine comenzó
a ser sugerido por un elemento específico: la escenografía. Los pasillos de Blue Velvet
o The Shining fueron recreados por él de manera delicada y precisa, como mundos
encerrados en una caja-lámpara de Aladino. Si muchos de sus dibujos, pinturas y dioramas tenían por tema al espacio exterior en clave carrera espacial o alunizaje; también
dicho asunto aparece en las cajas, pero la mirada ya no es narrativa, los puntos luminosos – estrellas en el éter hablan de un mapa cósmico dispuesto para ser observado. La
geometría de las cajas no es un elemento azaroso, por el contrario es el pilar que busca
integrar procedimientos matemáticos con exploraciones metafísicas.
En la obra de Salvo aparecen relaciones evidentes con artistas como Sebastián Gordín,
Julio Le Parc o Gyula Kosice; también una afinidad filosófica lo vincula a los abstractos
de las primeras vanguardias del siglo XX, aquellos que perseguían la unión del arte con
el mundo suprasensible o espiritual. En Cerca de una certeza, las piezas lumínicas son
un punto de inflexión casi minimalista sobre la representación. Para los trabajos que
conforman esta exhibición, la representación tiene una doble raíz, por un lado aparece
como puesta en escena en escala de lo infinito e inaprensible; también se relaciona
con los procesos mentales-sensitivos que alumbran teorías y especulaciones sobre el
misterio. Aquí los colores son percepciones enlazadas a vibraciones energéticas y la
geometría es una gramática universal, que a través de patrones fractales ordena las
correspondencias entre todo lo existente, desde la forma de una piedra hasta el vuelo
de los estorninos.

Artistas expuestos en esta exhibición

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