Bombón de frutilla
Julio Hilger
La inquietante presencia de las estructuras de cartón y papel higiénico que dominan la totalidad del espacio, sorprenden a la mirada que las descubre e indaga en un juego rítmico que alterna morfologías amorfas, contrapuntos de color y pequeñísimos detalles...
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La inquietante presencia de las estructuras de cartón y papel higiénico que dominan la totalidad del espacio, sorprenden a la mirada que las descubre e indaga en un juego rítmico que alterna morfologías amorfas, contrapuntos de color y pequeñísimos detalles inmiscuidos entre los grandes volúmenes.
Recientemente, Julio Hilger participó de la primera edición de la Feria de Arte Contemporáneo Argentino –FACA- y de las exposiciones colectivas La piedra fundamental en NN Galería, La Plata, y Prácticas relacionales: desplazamiento e intercambio como plataforma de exposición en el Hotel Dorá de Córdoba, curada por Georgina Valdez y producida por The White Lodge.
Cuando era niño sonreía con facilidad
mientras crecía desbordaba felicidad
mi confundida adolescencia quedó atrás
y ahora todo es una mierda y nada más.
Ricky Espinosa
La formación de los excrementos y el destino último del ser humano, son los diferentes objetos de estudio de la escatología; y también algunos de los
problemas que aborda la obra de Julio Hilger, que parece no diferenciar entre teología y proctología.
Las esculturas de cartón y papel higiénico hacen gala de su verticalidad, como si fueran espantapájaros que se ríen de los seres mortales. Aunque parezca increíble, esa materia bruta acumulada va a sobrevivir a criaturas tan racionales como nosotros. Deberíamos buscar dónde tienen los ojos, para poder mirarlas a ellas cara a cara antes de volver a preguntarnos qué es la inteligencia.
Realmente tenemos mucho que aprender de esas cosas recubiertas con los
papelitos que solemos usar para limpiarnos el trasero.
Los rostros sufridos de las obras dan cuenta del complicado parto que las trajo al mundo, ellas parecen producidas más por el tubo digestivo del artista que por su sistema nervioso. El saber popular llama a esa forma de engendrar: “hacer las cosas con el culo”.
En la larga historia de la evolución de las especies existe un vínculo íntimo entre estos dos sistemas de procesamiento –el digestivo y el nervioso-. La hipótesis de los tejidos costosos sostiene que hay una relación inversamente proporcional entre la reducción del tamaño del tubo digestivo y el crecimiento de los cerebros de los primates, ese parece ser el motivo que dio lugar a cuerpos tan defectuosos para digerir la realidad. Posiblemente seamos uno de los errores más grandes de los últimos dieciséis millones de años. La inteligencia humana está sobrevalorada, confiar tanto en nuestros cerebros parece un plan bastante tonto.
Expulsar algo del cuerpo puede hacernos replantear nuestra subjetividad. Ver delante de nosotros las formas de esas criaturas genera un poco de miedo, probablemente debido a que el crecimiento de la masa encefálica da origen a nuevas preguntas que no somos capaces de responder. Lo cierto es que no entendemos cómo es que cobraron vida las cosas que salieron de nuestro interior.
Las esculturas paranormales de Julio Hilger irradian una energía oscura que torna al sentido aún más inaccesible para la inteligencia humana. De esa manera, los monstruos de las películas de terror, los teratomas y los personajes zoomorfos de las fabulas para chicos se iluminan en esta muestra, con una luz oscura como la de la literatura fantástica y el punk, para burlarse de nuestra arrogancia.
Esos monstruos nacieron de la herida incurable que separa al hombre del mundo y consiguieron librarse de la esclavitud a la que eran sometidos, mientras nosotros seguimos abocados a trabajar -con poca imaginación- por un mundo sin futuro.
MARIO SCORZELLI
Octubre 2017