Antes del mundo
Julián León Camargo
La novela en el espacioEl castillo de los destinos cruzados. Italo Calvino.La vida instrucciones de uso. Geroges Perec.Rayuela. Julio Cortazar.Don Quijote de la Mancha. Miguel de Cervantes.Museo de la Novela Eterna. Macedonio Fernández.El discurso vacio. Mario Levrero.La lista contiene novelas...
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agosto 2018 — septiembre 2018
La novela en el espacio
El castillo de los destinos cruzados. Italo Calvino.
La vida instrucciones de uso. Geroges Perec.
Rayuela. Julio Cortazar.
Don Quijote de la Mancha. Miguel de Cervantes.
Museo de la Novela Eterna. Macedonio Fernández.
El discurso vacio. Mario Levrero.
La lista contiene novelas que en sus propias lógicas intentan deconstruir los hábitos del
lector, interpelar la linealidad del sentido, proponer modos de lectura, operaciones de
escritura y espacialidades lúdicas en cuanto a sus configuraciones.
Inventario de obras cuyas estructuras organizan modos de establecer juegos espaciales y
esquemas que habilitan otras formas de experiencia.
¿Cómo sería la estructura de una novela si pudiéramos llevarla al espacio?
En principio un sistema que articule partes que puedan leerse como una totalidad.
La presencia de una lógica que opere en conjunto. A modo de capricho personal agregaría
alguna indicación oulipiana, como restricciones, ejercicios, y actividades aplicables a la
escritura que tomen cuerpo en la relación a la experiencia física.
Laberintos construidos para poder salir de ellos.
La pintura
Piense que la historia del mundo data del día en que dos átomos se encontraron, en que dos
torbellinos, dos danzas químicas se combinaron (Paul Cezanne).
Pintar y escribir son modos de dejar rastro, muchas veces una necesidad de afirmación, de
estar en el mundo y querer narrarlo.
Estar en el mundo y pensar escribiendo, pensar para atrás y ver el origen para acceder a ese
encuentro de fuerzas.
Como en un acto ritual, buscar la forma que tiene el comienzo: pintarlo, escribirlo, dibujarlo,
contarlo y borrarlo hasta que la forma se vuelva comienzo y se expanda hacia otro lugar.
Julián trabaja esa expansión como una tautología circunscripta a una serie de operaciones
que buscan abrir a la vez que moverse entre la apropiación, la transposición y una serie de
acciones que se mezclan entre la repetición y el gesto de pintar la escritura.
Capítulo I
La pintura en la escritura.
Cézanne escribe sobre pintura en un diario.
El diario como espacio para anotaciones, notas y una escritura de pensamiento.
Escribir es un modo de pensar.
En clave decimonónica alterna sus hipótesis con ideas en imágenes. La naturaleza como
monstruo despliega imágenes románticas en el sentido kantiano, me siento coloreado por
todos los matices del infinito. Propio del clima de época, en un texto muy hermoso, Cézanne
contiene entre bordes lo que es la pintura para él: la relación entre el acto de pintar y la
creación del mundo.
Para pintar bien un paisaje debo descubrir ante todo las bases geológicas.
La escritura en la pintura
Julián hace listas
Julián quiere pintar la idea de Cézanne
Julián dice que ilustrar no es pintar
Julián transcribe enunciados de Cézanne
Julián pinta los textos de Cézanne
Julián presenta enunciados pintados
Julián evita cualquier gesto de escritura manual
Julián no escribe en las pinturas
Julián evoca la escritura por medio de operaciones pictóricas
Julián evita el acto de escribir
Julián escribe sin el trazo de la mano
Julián pinta
Pinta la escritura, le otorga materia por fuera del dibujo de las letras, estira las palabras
hasta el borde de sus posibilidades empujando el sentido a la pura forma.
Liberadas devienen materia, superficie y color.
Capítulo II
La estructura en el espacio.
¿Qué queda después de un diluvio?
La ruina de algo que un día fue forma.
La mañana después del diluvio es naranja para Turner.
Creo que para Julián, es de colores y estalla en el espacio.
Lo que queda después es una nueva forma que pide ser reinterpretada en otra clave.
Leer de izquierda a derecha, pero volver al comienzo y pensar el final en función
de ese origen.
Todo comienzo es un recuerdo.
Leer es moverse, hacer ejercicios con los ojos, poner la mirada a disposición de una
danza entre la vista y las palabras.
Julián propone un recorrido espacial que nos hace evocar el acto de leer, como si
escribiera una novela cuyo juego radica en seguir el ritmo del cuerpo.
Capítulo III
La pintura en la literatura
Leer un dibujo con las manos, tocar la forma de un poema, pensar el movimiento en el
papel o poner voz a un cuerpo de prosa.
Habitar es narrativizar, por las historias los lugares se tornan habitables: algo así dice
Michael De Certeau y Julián piensa en habitar la experiencia de la lectura.
Habitar con palabras la idea de reunión.
Discursivizar el hábito de pintar.
Como pausas de sentido o descansos de lectura: el encuentro.
El encuentro entre pares, la idea de horizonte como puente y un cuento de Chejov
como centro.
Capítulo IV
Palimpsesto
El conocimiento a través de la práctica y la práctica como vía de conocimiento, de
investigación y aprendizaje.
Escribir, borrar, manchar y volver a escribir y volver a manchar.
La escritura como forma de tirar un ancla.
La pintura como capa, como magma, como caos.
La pintura es inmensa.
El mundo es inmenso.
Todo es como un gran océano.
María Alejandra Gatti –
La novela en el espacio
El castillo de los destinos cruzados. Italo Calvino.
La vida instrucciones de uso. Geroges Perec.
Rayuela. Julio Cortazar.
Don Quijote de la Mancha. Miguel de Cervantes.
Museo de la Novela Eterna. Macedonio Fernández.
El discurso vacio. Mario Levrero.
La lista contiene novelas que en sus propias lógicas intentan deconstruir los hábitos del
lector, interpelar la linealidad del sentido, proponer modos de lectura, operaciones de
escritura y espacialidades lúdicas en cuanto a sus configuraciones.
Inventario de obras cuyas estructuras organizan modos de establecer juegos espaciales y
esquemas que habilitan otras formas de experiencia.
¿Cómo sería la estructura de una novela si pudiéramos llevarla al espacio?
En principio un sistema que articule partes que puedan leerse como una totalidad.
La presencia de una lógica que opere en conjunto. A modo de capricho personal agregaría
alguna indicación oulipiana, como restricciones, ejercicios, y actividades aplicables a la
escritura que tomen cuerpo en la relación a la experiencia física.
Laberintos construidos para poder salir de ellos.
La pintura
Piense que la historia del mundo data del día en que dos átomos se encontraron, en que dos
torbellinos, dos danzas químicas se combinaron (Paul Cezanne).
Pintar y escribir son modos de dejar rastro, muchas veces una necesidad de afirmación, de
estar en el mundo y querer narrarlo.
Estar en el mundo y pensar escribiendo, pensar para atrás y ver el origen para acceder a ese
encuentro de fuerzas.
Como en un acto ritual, buscar la forma que tiene el comienzo: pintarlo, escribirlo, dibujarlo,
contarlo y borrarlo hasta que la forma se vuelva comienzo y se expanda hacia otro lugar.
Julián trabaja esa expansión como una tautología circunscripta a una serie de operaciones
que buscan abrir a la vez que moverse entre la apropiación, la transposición y una serie de
acciones que se mezclan entre la repetición y el gesto de pintar la escritura.
Capítulo I
La pintura en la escritura.
Cézanne escribe sobre pintura en un diario.
El diario como espacio para anotaciones, notas y una escritura de pensamiento.
Escribir es un modo de pensar.
En clave decimonónica alterna sus hipótesis con ideas en imágenes. La naturaleza como
monstruo despliega imágenes románticas en el sentido kantiano, me siento coloreado por
todos los matices del infinito. Propio del clima de época, en un texto muy hermoso, Cézanne
contiene entre bordes lo que es la pintura para él: la relación entre el acto de pintar y la
creación del mundo.
Para pintar bien un paisaje debo descubrir ante todo las bases geológicas.
La escritura en la pintura
Julián hace listas
Julián quiere pintar la idea de Cézanne
Julián dice que ilustrar no es pintar
Julián transcribe enunciados de Cézanne
Julián pinta los textos de Cézanne
Julián presenta enunciados pintados
Julián evita cualquier gesto de escritura manual
Julián no escribe en las pinturas
Julián evoca la escritura por medio de operaciones pictóricas
Julián evita el acto de escribir
Julián escribe sin el trazo de la mano
Julián pinta
Pinta la escritura, le otorga materia por fuera del dibujo de las letras, estira las palabras
hasta el borde de sus posibilidades empujando el sentido a la pura forma.
Liberadas devienen materia, superficie y color.
Capítulo II
La estructura en el espacio.
¿Qué queda después de un diluvio?
La ruina de algo que un día fue forma.
La mañana después del diluvio es naranja para Turner.
Creo que para Julián, es de colores y estalla en el espacio.
Lo que queda después es una nueva forma que pide ser reinterpretada en otra clave.
Leer de izquierda a derecha, pero volver al comienzo y pensar el final en función
de ese origen.
Todo comienzo es un recuerdo.
Leer es moverse, hacer ejercicios con los ojos, poner la mirada a disposición de una
danza entre la vista y las palabras.
Julián propone un recorrido espacial que nos hace evocar el acto de leer, como si
escribiera una novela cuyo juego radica en seguir el ritmo del cuerpo.
Capítulo III
La pintura en la literatura
Leer un dibujo con las manos, tocar la forma de un poema, pensar el movimiento en el
papel o poner voz a un cuerpo de prosa.
Habitar es narrativizar, por las historias los lugares se tornan habitables: algo así dice
Michael De Certeau y Julián piensa en habitar la experiencia de la lectura.
Habitar con palabras la idea de reunión.
Discursivizar el hábito de pintar.
Como pausas de sentido o descansos de lectura: el encuentro.
El encuentro entre pares, la idea de horizonte como puente y un cuento de Chejov
como centro.
Capítulo IV
Palimpsesto
El conocimiento a través de la práctica y la práctica como vía de conocimiento, de
investigación y aprendizaje.
Escribir, borrar, manchar y volver a escribir y volver a manchar.
La escritura como forma de tirar un ancla.
La pintura como capa, como magma, como caos.
La pintura es inmensa.
El mundo es inmenso.
Todo es como un gran océano.
María Alejandra Gatti –