(La Plata, 1978) es Licenciado y Profesor en Artes Plásticas, egresado de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Nacional de La Plata donde actualmente se desempeña como docente. Su trabajo pictórico ha formado parte de numerosas muestras colectivas e individuales en la Argentina y en el exterior. Desde 2010, fecha en la que comienza a visibilizarse en la escena del arte local, su trabajo obtuvo una enorme atención que no ha cesado de crecer. Sus primeras muestras individuales tuvieron lugar en la Galería Jardín Oculto bajo el título Vivir mil años y en el Centro Cultural Recoleta, donde montó una serie de trabajos agrupados en la exhibición El cielo en un pozo.  Ganó el Primer Premio Nacional de Pintura Banco Central (2011), Tercer Premio Nacional de Pintura UADE (2012) y Segundo Premio Banco de la Provincia de Buenos Aires (2009). Fue seleccionado en el Premio Klemm (2011 y 2012), en el Premio Itaú de Artes Visuales (2011 y 2012) y en el Salón Nacional de Pintura, Banco de la Nación Argentina (2012). Gracias a la obtención de la Beca EcuNHI-FNA en 2010 sus pinturas fueron expuestas en la Embajada argentina, tanto en París (2011) como Berlín (2013). En 2015, realizó su primera exhibición individual Limit en el extranjero, en la galería neoyorquina, Praxis, donde volvió a mostrar su trabajo en otras ocasiones.

Las piezas de Agustín Sirai forman parte de un sutil trabajo pictórico del largo aliento caracterizado por la construcción de un imaginario dominado por paisajes desolados, escenas fragmentarias y un espíritu de inventario. Estos micromundos, islas gravitando en el medio de la nada, muros a la intemperie, panorámicas de territorios apenas poblados por elementos prosaicos o vegetación exangüe confeccionan una ficción atenta tanto a la representación de objetos cotidianos como a la creación de atmósferas marcadas por la ausencia y la amenaza. Su trazo dibujístico, así como la ductilidad en el manejo del pigmento, sin estridencias de color, insuflan a estas escenas de una levedad intemporal, como si hubieran estado siempre allí a la espera del espectador. De este modo, en cada uno de sus trabajos vemos actualizarse el poder de la pintura como herramienta para abrir un espacio singular, producir una discontinuidad en el tiempo corriente y convertirse en la sugerente cifra de un enigma, de una historia no contada.